Caminito amigo…
Albino Gómez
Mi primer libro, titulado Albinísimas, publicado hace ya más de medio siglo, fue caracterizado como un libro misceláneo, y tuvo muy buena acogida, entre otros, por valiosos escritores como César Tiempo, que dijo: «Pocas veces un libro me dejó una impresión de profundidad, de genialidad, de poesía, de ternura, de calor humano, de humor como Albinísimas. Es un libro de los que se releen; al menos yo ya lo he hecho y pienso seguir haciéndolo. Releo a pocos: Macedonio, Jules Renard y espaciadamente, a Jean Giono. Lecturas que hacen feliz, ayudan y nos dejan ese regusto agridulce de todo lo que pudimos decir y no dijimos porque no supimos o no nos atrevimos o no fuimos capaces de decirlo. Albino Gómez lo hizo por todos nosotros y, casi jugando, escribió un libro para siempre». Semejante generoso elogio, para desgracia de mis futuros lectores, me impulsó a seguir escribiendo, sin considerarme nunca, cualquiera fuese el género abordado, un literato, sino simplemente un periodista, vocación que, al compartirla con la diplomacia, me provocó en tiempos de gobiernos dictatoriales serios problemas, que me alejaron de la segunda desde 1974 hasta 1984, o sea hasta la llegada a la Presidencia del Dr. Raúl Alfonsín, lo que me permitió seguir ejerciendo la diplomacia y el periodismo sin censuras o castigos.
Y aunque siga escribiendo, la realidad de las nuevas tecnologías, la carestía del papel y comprobar que las nuevas generaciones prefieren la comodidad de las lecturas de medios y libros digitales me decidieron a cerrar con Caminito amigo… mi ciclo de publicar libros de la manera clásica. Me queda por explicar por qué, entre los 35 libros publicados, me despido de tantos queridos lectores con un décimo libro misceláneo. Tal vez porque, como decía Borges, ese tipo de libros tienen el encanto que uno encuentra, por ejemplo, en las enciclopedias, que ya van desapareciendo, o en lo que los españoles llamaban silvas de varia lección. Más allá de ello, hasta en la ficción soy un autor autorreferencial, si bien eso solo ocurre porque soy la persona que tengo más a mano: un modo de no abusar de terceros y de ser más tangente que secante.