Wall Street empieza setiembre con una dura estadística
Por Roberto A. Ruarte para ámbito.com
Se va el mes de agosto en los mercados; agosto suele ser un mes importante y suele marcar el mejor momento de las Bolsas, el famoso pico del «summer rally» o suba de verano en Wall Street. Setiembre asoma en las estadísticas como el peor mes del año para Wall Street; si uno hiciera un repaso por la centuria anterior y lo que va de ésta, con raras excepciones, setiembre ha sido un mes en que el mercado viene de un pico importante conseguido en agosto, y en setiembre el saldo ha sido en promedio bastante negativo; curiosamente, contra lo que la mayoría piensa, setiembre históricamente ha sido más negativo que octubre.
En este caso, setiembre será crucial, ya que veremos si el mercado define claramente su situación. El mercado ha sido una verdadera montaña rusa desde el mes de abril hasta el mes de agosto de este 2010, con subidas fuertes y luego bajadas también significativas.El saldo ha sido negativo desde los techos de abril, y el rendimiento anual de las Bolsas también negativo en el año para Wall Street y las Bolsas europeas, pero muchas veces los mercados amagaron colapsar como en el mes de mayo, junio y a comienzos de julio, y los mismos han encontrado la forma de recuperarse una y otra vez.
La lucha de toros y osos en Wall Street ha sido particularmente feroz, con leve supremacía de estos últimos; creemos que este rango de 10.700-11.200 arriba que viéramos en el año y niveles de 9.600-9.800 puntos abajo en el Dow Jones debe definitivamente quebrarse y el mercado tomar una definición.
En rigor técnico, setiembre con sus estadísticas y antecedentes favorece a los osos, pero estadísticas son estadísticas, y este setiembre veremos qué nos depara. Si la definición fuera bajista, creemos que, como suele ocurrir, setiembre nos guiará a un octubre con psicología negativa exacerbada, como suele ser común en los finales de tendencias bajistas, y mostrarnos octubre un piso significativo y una gran oportunidad para los mercados.
En el caso del SP500 está claro que a la zona de 1.100-1.130 los osos la están haciendo respetar, y que los toros han hecho una y otra vez su jugada en los 1.010-1.040, el rango en el SP500 parece más acotado, y la ruptura de este rango guiará a un movimiento direccional importante que seguramente exacerbará la psicología; si fuera hacia abajo como venimos sugiriendo tanto desde reportes técnicos como por este medio, la baja o caída nos llevará a una psicología negativa masiva que nos dará en niveles de 945-890 quizás una histórica oportunidad de compra.
Si los toros sostienen 1.010-1.040 y logran superar los 1.130 creemos que puede haber por el contrario una capitulación de los osos en donde nos incluimos y generar una buena suba o subida para todos los mercados; si bien no es el escenario que favorecemos, estamos cuidando que las resistencias sean respetadas para mantener intacta y con confianza la idea de que los osos son los que harán capitular a los toros, al menos hasta octubre o fines de octubre, cuando con una psicología negativa o humor social fuerte se presente una gran oportunidad.
Los seguidores de nuestra columna y de reportes técnicos, una y otra vez han leído que hablamos del humor de los mercados, del paso de la euforia a la depresión de los mercados, cómo los techos de los mercados coinciden con muy buenas noticias y la mayoría de los analistas y observadores augurando la continuidad de la misma, y cómo los pisos se dan en medio de un gran negativismo o escepticismo.
Hemos visto esta conducta en numerosas oportunidades este año, lo vimos con el dólar norteamericano, cuando muchas publicaciones, justo cerca de sus pisos de octubre de 2009, hablaban del fin de la era del dólar, todos amaban al euro en niveles de 1,5000-1,5100, todo era mal para el dólar. De pronto el mercado cambió, sorprendió y siete meses después, con un euro en 1,1875, todos se volvieron negativos para el euro y el tan odiado dólar pasó a ser amado, pasó a ser refugio de valor.
El último trimestre de 2008 y el primero de 2009 el humor era negativo en extremo para la economía mundial, el panorama sombrío, el negativismo se exacerbó al máximo, en dicho contexto en octubre de 2008 hicieron pisos todas las Bolsas latinoamericanas, y el NASDAQ 100, mientras que el Dow y el SP500 lo hicieron en marzo de 2009. Los titulares hablaban de que la economía y el capitalismo estaban heridos de muerte, y los pronósticos recesivos abundaban. El mercado se saturó, generó una gran recuperación en 2009 contra todos los pronósticos, y ya el año 2010 los pronósticos luego de una recuperación del 50% o más en las Bolsas americanas, y más del 100% en las latinoamericanas, mejoraron y casi en su mayoría pronosticaban un buen 2010, el año en donde la recuperación económica se iba a materializar y los balances de las empresas lo iban a receptar.
El petróleo pasó a ser centro de atención en el primer semestre de 2008, en medio de un escenario de inflación trepó a 147 dólares, con titulares y noticias de que podíamos ir a 200 dólares, se produjo una gran caída, una gran sorpresa, y el petróleo pasó de 147 dólares a niveles de 34 dólares en enero de 2009; las noticias cambiaron y pasaron de un escenario de inflación a deflación, a un escenario de recesión.
Así operan los humores de los mercados, son cíclicos y ciclotímicos, con momentos buenos y malos, y en el pico del momento bueno los activos son amados, son publicitados, son recomendados masivamente, y en el piso del momento malo los mismos activos son olvidados, defenestrados y hasta odiados.
Nuestra metodología de seguimiento de los mercados trabaja para detectar estas oscilaciones y cómo los activos pasan de la depresión de los pisos a la euforia en los techos y viceversa, cómo pasan de la euforia de los techos a la depresión de los pisos.
Era momento de plasmar esta forma distinta de mirar los mercados en un libro, y ese momento ha llegado, «El poder de los mercados (entendiendo su mensaje)» es un libro que pretende volcar 25 años de experiencia en mercados, mirándolos con una lente distinta; también este libro intenta mostrar cómo los mercados tienen una importancia mayor de la que usted supone en su vida cotidiana.
Los mercados son un verdadero barómetro del humor social, lo anticipan, anticipan momentos buenos y malos en la economía, afectando desde la macro a la microeconomía con un efecto cascada importante que termina llegando a su economía personal y familiar.
Si bien «El poder de los mercados (entendiendo su mensaje)» es un libro de divulgación que se focaliza en Latinoamérica, no es casualidad que la Argentina sea el primer país en donde se presente dicha obra, luego seguirán Perú, Colombia y México; tampoco es casualidad que el próximo 16 de setiembre sea presentado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. La Argentina es una país cíclico y ciclotímico, como lo demuestra su historia, con vaivenes significativos en pocos años, pasando del mejor de los mundos en 1992-1994, país modelo, a los tristes años de 2001-2002.
La Bolsa argentina ha reflejado como ninguno esos vaivenes, la Bolsa argentina tiene un gran mensaje en sus gráficos, eso es lo que fervientemente creo, el libro «El poder de los mercados (entendiendo su mensaje)» es ver los mercados con un lente distinto y poder usar los mercados anticipando tendencias sociales, culturales, políticas, también prepara el terreno para ver lo que nos puede deparar el futuro.
A aquellos seguidores o interesados los espero el próximo jueves 16 de setiembre en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (solicitar reser-va de lugares en www.ruarte-reports.com), los mercados siempre tienen un mensaje. «El poder de los mercados (entendiendo su mensaje)» trata de leerlos, y la Argentina tiene un mensaje muy particular para los próximos años que dicho día quedará planteado y fundamentado de acuerdo con nuestra forma sistemática de leer los mercados.
Dicen que un padre mandó a sus dos hijos a vender zapatos al Africa; uno de ellos, viendo que en Africa la mayoría estaban descalzos llamó a su padre y dijo: «Padre, regreso, aquí la mayoría están descalzos, no voy a poder vender zapatos». El otro hijo dijo: «Cuántas personas descalzas, padre, la mayoría no tiene zapatos, me voy a cansar de vender zapatos», y decidía quedarse. Siempre recuerde que hay más de una forma de mirar la realidad, depende del lente con que se la mire.