El libro electrónico pone a prueba el mercado editorial
Por Ben Fenton y Salamander Davoudi · Cronista Comercial
Para la industria editorial de la década de los años treinta, el libro de bolsillo representó un cambio que amilanaba. Llevó la buena literatura a un público mucho más numeroso. Pero, temiendo que bajase los precios de la industria y disminuyese las ganancias, las editoriales de renombre lo desdeñaron. A diferencia de lo que sucedió con su antecesor en 1840 (el folletín), no se arremetió contra él como si fuese la amenaza a «la vista de una generación naciente»; sin embargo, la reacción tenía mucho más en común con el modo como se mira en la actualidad el surgimiento del libro electrónico.
Esta semana, en la Feria del Libro de Frankfurt se discutían las repercusiones del libro electrónico en veintenas de sesiones y seminarios dedicados a analizar las implicaciones de dispositivos, tales como el Kindle de Amazon y el Reader de Sony. Otro tema de actualidad candente es la digitalización de, hasta el momento, 10 millones de libros que realiza Google. Cerca de 9 millones de ellos gozan de la protección del copyright.