Me he divorciado, ¿y ahora qué?

Un nuevo concepto de familia va apareciendo como transición. Un modelo que no termina de configurarse por los cambios profundos que se operan en forma permanente en la sociedad de hoy. El importante crecimiento de los divorcios, como de relaciones sin vínculos formales, marcan un punto de inflexión entre el pensamiento de un pasado reciente y la realidad contemporánea.
Sin embargo, el divorcio admite otras lecturas que usualmente se soslayan y que tienen que ver con la interioridad de las personas involucradas. Poco se tiene en cuenta en los análisis los rostros con heridas profundas, la angustia por el futuro, la incertidumbre de los hijos y el silencio dramático de los abuelos. El universo de los divorciados admite un cuadro amplísimo donde cada pareja constituye un mosaico diferente del otro.
He procurado abarcar tan solo los aspectos más críticos del problema. Aquellos que surgen desde el momento mismo de la separación, la etapa de luto, las dificultades con los hijos, la desesperanza de un horizonte, la ilusión de una nueva pareja, la formación de una familia y la relación con Dios.
No se trata de comparar con otras realidades, sino de pensar en voz alta las formas de concientizar sobre una realidad que excede el marco de una decisión coyuntural, por los efectos que se suscitan a posteriori y que en el tiempo de separación difícilmente puedan evaluarse.

Hugo Fernando Rodríguez es oriundo de San Miguel de Tucumán y radicado en Santiago del Estero hace cuarenta años. Casado, padre de cuatro hijos. De profesión Contador Público Nacional, se ha desempeñado como Auditor Fiscal en el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Santiago del Estero, como Director del Departamento Auditoría del MBS y actualmente se desempeña como titular del Registro de la Propiedad del Automotor de La Banda, Santiago del Estero.
Fue docente y miembro del Consejo Superior de la Universidad Católica de Santiago del Estero. También se desempeñó como periodista del diario El Liberal y Canal 7 y es autor de numerosos artículos en diferentes publicaciones.
En el ámbito político, fue presidente del Colegio Electoral en la Provincia de Santiago del Estero (1983), primer secretario del Comité Provincia de la UCR (1983/1985-1993/1995), Convencional Constituyente (1984) y presidente de las comisiones de Presupuesto y Económico Social.
Desarrolló una intensa actividad en el plano social. Fue presidente del Movimiento Eslabón para jóvenes (1978), Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Banda (1995) y Cáritas (1992).
Iniciador de diferentes movimientos: Estación (para adolescentes, 1985), Comunidades de Novios I y II (1986), Casa de los Abuelos (1994), Vida I (para jóvenes universitarios, 1990), Vida II (para hombres y mujeres solos, 2001), Camino (para divorciados, 2006) y Verdad (para profesionales, 2007).